Por Daniel Monastersky
Con la difusión de imágenes filtradas recientemente por el denominado “Camus Hacker” se evidenció una preocupación de la sociedad, producto de la facilidad con la que supuestamente se había vulnerado la intimidad de las víctimas.
Debemos aprovechar este incidente para generar espacios donde los ciudadanos puedan aprender respecto de las medidas que existen para minimizar los riesgos que hay en Internet.
Algunos de los damnificados, ante la incertidumbre de llegar a un resultado concreto, decidieron no radicar la denuncia en la justicia penal. Esa falsa percepción de vacío legal en materia de delitos informáticos no es tal, si bien existen algunas figuras que todavía no han sido tipificadas. Desde 2008 está vigente la ley 26.388 de delitos informáticos.
En la actualidad es fundamental ir construyendo una identidad digital. Internet es tu CV y, quieras o no, para mucha gente sos lo que en ella se refleja de vos. La reputación que uno tenga está basada, en muchos casos, en la percepción e información que haya sobre cada uno de nosotros en la Red.
La construcción de la identidad, la generación de contenido y la responsabilidad en cuanto a lo que se comparta serán de suma importancia en los años venideros. Es necesario pensar antes de subir una foto, un video o un comentario. Puede causar un daño y deberemos responder por él. Lo que se sube a Internet no se baja más: con suerte se podrá borrar en parte y dificultar el acceso a través de medidas cautelares ante los buscadores, dificultando su acceso.
Aunque parecería que los más jóvenes deberían tener mayor conciencia respecto, en la práctica sucede todo lo contrario. Ellos no miden las consecuencias de publicar comentarios, fotos y demás hechos que les suceden día tras día en su vida. Su expectativa de privacidad es casi nula, lo público es la regla para ellos.
Días pasados, el hijo de uno de mis mejores amigos había puesto como foto de perfil en Facebook una imagen que, a mi entender, podía llegar a darle un dolor de cabeza en el futuro. Me puse en contacto con él y, si bien al principio no comprendió los riesgos a los que estaba expuesto, sí tomó real dimensión cuando le comenté que esa misma foto era la que iban a ver las personas que lo tendrían en cuenta cuando quisiera ingresar al mercado laboral.
Si no tenés presencia en las redes sociales, alguien lo hará por vos. Es necesario ocupar los espacios sociales en la Red. Aunque uno no quiera tener actividad o interactuar con otras personas, sugiero contar con un perfil, al menos en Twitter, Facebook y Linkedin. Porque si no tenemos presencia en esas plataformas, un tercero podría ocupar ese espacio y, para muchos, ése será tu perfil verdadero.
Fuente: La Nacion