La pandemia del coronavirus puso a buena parte de la población del mundo ante un desafío, para el que no estaba preparada: el aumento exponencial del trabajo a distancia. Además, intensificó una tendencia con la que ya se venía conviviendo: la difusión de informaciones de todo tipo. ¿Qué recaudos debemos tener? ¿Cuán importante es la ciberseguridad en la agenda de los gobiernos? ¿Existe una guerra tecnológica entre los estados? Para responder estas preguntas y otras, conversamos con Daniel Monastersky, abogado especializado en Delitos Informáticos, Protección de Datos Personales y Reputación Online.
Por Martín De Nicola / info@zoominternacional.com
¿Cuál cree que es el impacto de la ciberseguridad en la agenda internacional? ¿Considera que el tema tiene el lugar que merece?
El impacto ya es de una gran magnitud. En este 2020 continuará el impulso de la cuarta Revolución Industrial hacia la conectividad ubicua, la digitalización y, mucho más ahora ante la pandemia del coronavirus, el trabajo remoto cobrará el impulso que no había podido lograr en los ultimos años. A medida que las nuevas conexiones y tecnologías apoyen el progreso socioeconómico, los ciberataques y los efectos colaterales de estas innovaciones aumentarán en frecuencia e impacto. Según un informe de finales del año pasado de World Economic Forum, la ciberseguridad ya es una de los cinco issues en los que los países deben poner el foco.
¿Cómo evalúa el abordaje del tema por parte de los gobiernos de América Latina? ¿Cómo está la región con respecto a otras regiones del mundo?
Las diferencias en la región en relación a este tema son abismales. Hay países que ni siquiera cuentan con normativas que tipifiquen conductas realizadas a través de o a medios digitales. Por el otro lado, países como México, Argentina, Colombia, Chile y Brasil, entre otros, saben de la importancia de contar con una normativa adecuada y tratan de estar actualizados. La cooperación público-privada y la colaboración internacional es fundamental para luchar contra el cibercrimen. Las empresas multinanacionales son las que siempre llevan la delantera, ya que sus casas matrices, en países del primer mundo, les exigen estar alineadas a las normativas internacionales, certificarse y estar actualizadas en esta materia. Ahí el presupuesto aparece.
En medio de esta pandemia, los ciberdelincuentes están a la orden del día en el mundo. ¿Cómo pueden verse afectados los gobiernos?
La desinformación está haciendo estragos. El sesgo de confirmación anula cualquier tipo de análisis que uno pueda tener respecto de una información. Las plataformas sociales recién ahora están actuando, moderando, filtrando contenido y chequeando las noticias.
La crisis sanitaria mundial provocada por el coronavirus fomentó dos cosas: una, el trabajo a distancia; la otra, la difusión de informaciones y recomendaciones. ¿Qué sugerencias puede hacerles a los usuarios comunes, para estar a salvo de los ciberdelincuentes?
Pensar antes de publicar algo, de hacer un comentario, de tomarse una foto, de filmarse. No estábamos preparados para migrar a un trabajo remoto, nadie nos capacitó. Las corporaciones sufrirán ataques por el aumento exponencial de los vectores de ataque. Es importante utilizar plataformas que sean de confianza, no compartir los enlaces a las reuniones virtuales públicamente, definir una contraseña para la misma y contar con un protector para la webcam para evitar un mal momento en caso que puedan acceder remotamente a nuestros dispositivos. No olvidar utilizar un antivirus y actualizar el mismo diariamente.
Muchos analistas vienen hablando de que la próxima guerra mundial será una ciberguerra. ¿Comparte? ¿Qué implicancias puede tener?
Hoy muchos dicen que estamos viviendo una guerra bacteriológica, algo que algunos predijeron pero que pocos tomaron con seriedad. No sé si hablar de guerra, pero sí estoy seguro que la próxima gran disputa internacional será tecnológica, y que se ha iniciado hace años.
¿Qué rol considera que tiene la ciberseguridad en la guerra comercial entre China y Estados Unidos?
El espionaje industrial siempre existió, hoy es digital. China y Estados Unidos saben muy bien que deben tener recursos especializados para poder mitigar esos ataques.